El Largo Adiós
Naughty Dog lo dijo por activa y por pasiva. El Desenlace del Ladrón es, como su propio nombre indica, el adiós de Nathan Drake, y lo es en una despedida por todo lo alto. Hablar de un videojuego de estas características siempre es complicado sin provocar spoilers, así que haremos lo que habituamos en las páginas de la revista. Esto es, contar lo menos posible y hablar más de sensaciones que de hechos. Lo que sí podemos decirte sin temor a provocar ninguna sorpresa inesperada en el lector es que Nathan, después de lo sucedido en La Traición de Drake, disfruta de una vida tranquila al lado de Elena Fisher, nuestra fiel aliada e interés sentimental desde que la saga comenzara allá por el ya lejano 2007.
Viven juntos, ella sigue siendo periodista y él, en cambio, lleva a cabo pequeños y tranquilos trabajos para una empresa familiar
como, por ejemplo, pequeños rescates de buceo de materias valiosas en
el río. Siempre, eso sí, con dos condiciones principales: Que a ser
posible sean cerca de casa, aunque esto es negociable, y que, y esto sí
que no admite réplica, siempre se muevan siempre dentro de los márgenes
de legalidad y con todos los permisos en regla. Así, incluso al comienzo
de la aventura tenemos oportunidad de llevar a cabo uno de estos
encargos para familiarizarnos con el nuevo estilo de vida de Nathan.
En esta ocasión Nathan Drake es más ser humano que nunca
Sin embargo, esto es un videojuego de aventuras, así que tiene que haber una explosión (en sentido figurado) que rompa con todo lo establecido. Este factor sorpresa es la llegada del hermano de Nathan, al que no vemos desde hace años, y que llega para poner patas arriba nuestro mundo. Siempre metido en problemas, en esta ocasión nuestro familiar le debe un favor a un peligroso criminal que le ha ayudado a salir de la cárcel y al que ahora debe una parte de un valioso tesoro perdido. De este modo comienza nuestro periplo que, como viene siendo tradición en los títulos de este corte, nos convierte en un trotamundos que da la vuelta al planeta buscando una fortuna relacionada con un viejo mito pirata. Esto nos va a llevar a localizaciones de Europa, África y Centro América, en un auténtico tour de force de Neil Druckmann como guionista a la hora de hilar situaciones, escenarios y llevarnos de la mano de un punto a otro del globo en una campaña que podemos superar en unas 16 horas en el nivel de dificultad estándar y si no nos dedicamos a profundizar demasiado, pero que puede aumentar notablemente en caso de que seamos de los que gustan por perderse por los escenarios buscando tesoros y coleccionables o, sencillamente, explorando unos paisajes hechos con un tremendo mimo.
Y
es que hay mucho y muy bueno que decir de la historia, que nos recuerda
porqué Druckmann es uno de los grandes nombres de la industria en este
campo por méritos propios. Lejos del tono grave y pesaroso de The Last of Us,
Uncharted 4 es una celebración de la amistad y de la familia con un
mensaje general más ligero pero igualmente efectivo a la de las
vivencias de Joel y Ellie. El escritor, de apenas 37 años, ya tiene a
sus espaldas varias obras maestras, y demuestra en este videojuego que
está hecho un todoterreno, atrapándonos por las solapas y no soltándonos
hasta que no terminamos la campaña individual. En primera instancia el
saber qué lugar vamos a explorar a continuación y qué nueva mecánica
jugable se nos va a presentar en cada escenario es toda una garantía
para mantenernos pegados a la pantalla, pero en su último tercio el
saber cómo va a ser el desenlace de todo lo que se ha expuesto en el
inicio y el nudo de la aventura nos hará pasar las últimas horas en un
sinvivir deseando saber cuál es el destino final de Nathan y el resto de
sus amigos y familiares. Y es que, como si de una gran familia se
tratara, está el propio Sam, pero también la ya mencionada Elena y Sully,
devolviéndonos esos momentos de química inigualable entre todos ellos, y
esa sensación de que son un grupo de amigos al que nosotros, de alguna
manera, también pertenecemos.

La capacidad de Naughty Dog para crear personajes entrañables
siempre ha sido uno de los puntos fuertes del estudio, y en esta
ocasión lo han trufado con una complejidad y una tridimensionalidad para
todos ellos que deja sin aliento. Algunos dejan su lugar de
coprotagonismo mientras que otros se mantienen en segundo plano mientras
que los nuevos recogen el testigo, pero todos ellos forman un
caleidoscopio que funciona y en el que el verdadero protagonista es
Nathan. Sin duda este cuarto juego (quinto si contamos el estupendo
prólogo que supuso El Abismo de Oro y que vivimos en PS Vita) es
en el que el héroe engorda en mayor medida su tridimensionalidad y toma
decisiones con las que no siempre estaremos de acuerdo y que le
convierten en un personaje cargado de indecisiones, choques entre lo que
piensa y lo que hace y, en definitiva, una complejidad en su pellejo
que hasta ahora no habíamos experimentado con él. En esta ocasión Nathan
Drake es más ser humano que nunca. En cuanto a cómo nos relacionamos
con los demás, se habló mucho de un detalle mostrado en los tráilers, la
posibilidad de participar en las conversaciones con elecciones
en cuanto a qué decir. Lo cierto es que es una opción que está ahí y que
se agradece, pero de la que la propia Naughty Dog ya advirtió su
importancia relativa que ahora podemos confirmar. Por un lado, porque
apenas aparecen durante la aventura y cuando lo hacen, en momentos muy
puntuales y aislados, es con detalles que resultan intrascendentes. Cómo
llevar alguna conversación hacia una dirección u otra para averiguar
algo más de información sobre nuestros personajes, o para decidir a qué
le da importancia nuestro protagonista son algunas de las cosas que se
pueden conseguir, pero la presencia roza la media docena de diálogos y
no afecta en absoluto al devenir de la aventura.
En lo jugable respeta también las señas de identidad de los Uncharted precedentes, pero no se olvida de introducir variantes
Por el camino vamos a vivir muchos momentos inolvidables, con esas secuencias tan peliculeras que tienen el sello de sus creadores, pero también con otras mucho más intimistas en las que de veras conocemos a los personajes. Todo ello salpicado de abundantes secuencias cinemáticas que nos enseñan una valiosa lección sobre el pulso que hay que mantener en términos narrativos para contar una historia profunda sin entorpecer el ritmo de la acción, ni sin pasarse de largo con el número de vídeos y sobreexponerla. No sólo es el Uncharted más maduro porque tenga el menor componente de fantasía de la serie al completo, sino también debido a que esa veteranía y maestría de sus responsables se traduce en un tempo que roza lo perfecto y que sólo admite algún ligero pero en sus últimas tres o cuatro horas, quizá prolongadas de una forma no demasiado natural con situaciones ya vividas para alcanzar una duración que el aficionado estime como generosa para el dinero que invierte en el título. ¿El desenlace? No vamos a contar nada, como es lógico, y habrá opiniones divisivas en cuanto a si es el adecuado o no. A nosotros nos lo ha parecido, desde luego, contado con elegancia y maestría y una velocidad perfectamente sosegada, como una carta de amor. Y es que eso es este Desenlace del Ladrón, una misiva de enamorado hacia los jugadores (ojo a los geniales guiños y huevos de pascua tanto a otros juegos del estudio como a clásicos de todos los tiempos), y hacia el propio Nathan Drake y su familia al completo.Un Broche Épico
Si algo han tenido los Uncharted desde el comienzo como clave es el ofrecer distintos estilos jugables que abrazan los videojuegos completos consiguiendo una sensación de variedad muy interesante. Hay disparos, muchas secciones de plataformas, también encontramos rompecabezas y, en esta ocasión, más exploración que nunca en el que es uno de los cambios más llamativos de esta cuarta entrega. Por lo demás quien se haya sentido cómodo en episodios anteriores seguirá estándolo en este nuevo título, pero al mismo tiempo encontrará algunos detalles nuevos aquí y allá que le aportan cierta frescura al conjunto y, especialmente, ese énfasis puntual por lograr que algunos niveles sean como pequeños mundos abiertos en los que nos podemos mover con cierta libertad.
Esto,
que seguramente será la parte que más llame la atención de los
aficionados, admite matizaciones. En la comunidad de 3DJuegos se pulsó
cierta inquietud por parte de los lectores en cuanto a si este énfasis
por la libertad estropearía de alguna manera el espíritu de la saga de
Naughty Dog, sin embargo hay que dejar claro que su presencia se limita a
una serie de capítulos aislados (los más largos eso sí) y que
para el resto de la campaña el funcionamiento es el habitual. Sí que es
cierto que incluso los escenarios más lineales y deudores del estilo de
la serie anteriormente son mucho más grandes que los de antaño y
esconden muchos más secretos e incluso alguna vía alternativa, pero en
cuanto a usar vehículos y movernos con libertad para explorar no llegan a
la media docena. De este modo el estudio incorpora este factor de
novedad que tan bien le hace a la marca en su cuarto (quinto)
videojuego; y que, si bien no lo revoluciona, sí que comienza a dar
algunas pistas sobre que quizá no vayan tan desencaminados esos rumores
que apuntan a que el equipo californiano esté pensando en ampliar sus
miras hacia mundos mucho más abiertos en sus futuros proyectos.

¿Cómo funcionan estas partes? Muy sencillo. Tenemos vehículos
diferentes que pilotar, de exquisito control todos ellos, y en
cualquier momento podemos bajarnos de ellos para echar un vistazo al
escenario y resolver algún pequeño puzle, o darnos un paseo a la
búsqueda de desbloqueables o buscando algún asentamiento enemigo para
acabar con los mercenarios que nos persiguen. A pesar de que el aspecto
del decorado es engañoso y no siempre lo que encontremos tiene interés,
el título logra muy bien mezclar sus estilos; y es un placer, por
ejemplo, bajarse del coche y liarse a tiros con un grupo de soldados del
bando adversario, vaciar su base, echar un vistazo a los alrededores, y
seguir nuestro camino. Eso es, en parte, porque las mecánicas shooter
siguen siendo uno de los puntos más fuertes de la aventura, y es que
todo funciona como debe en un estilo de acción con coberturas muy
cuidado, con un apuntado exquisito y con un sentido de la
espectacularidad que va fuera de toda duda.
Sin embargo, si no nos interesan tanto los tiroteos en sí mismos podemos optar por la introducción de un modo de sigilo
que es todo un hallazgo. Obviamente no debemos esperar aquí la
profundidad de propuestas de referentes en otros títulos donde lo
importante es pasar desapercibido, pero es de agradecer el esfuerzo de
Naughty por ofrecer una vía alternativa (otra más) para los aficionados
que no quieren lo mismo que ya hemos visto en anteriores entregas, sin
descuidar a quienes sí lo desean. Se trata de acabar con los enemigos pasando desapercibidos,
y para ello los ejecutamos desde las sombras usando coberturas o
también la vegetación en los escenarios que sí la tienen, permitiéndonos
escondernos entre matorrales en una mecánica inequívocamente deudora de
aquella que introdujo Assassin’s Creed IV: Black Flag hace ya
algunos años. En líneas generales el funcionamiento es más que adecuado,
y si bien hay algunos momentos en que los oponentes son algo cortos de
vista, especialmente en cuanto a detectar los cadáveres de sus
compañeros (que por cierto no podemos mover), lo cierto es que el
funcionamiento general admite pocos reproches.
Si no nos interesan tanto los tiroteos en sí mismos podemos optar por la introducción de un modo de sigilo que es todo un hallazgo
Lo mismo se puede decir de las plataformas y los puzles, las otras dos patas de la mesa que conforma este Uncharted 4. El funcionamiento en ambos está perfectamente estudiado para ser impoluto. En las secciones más puramente acrobáticas, Nathan sigue siendo un seguro de vida, es capaz de moverse como una lagartija por paredes verticales y la implementación del pico para las paredes porosas y del gancho para sortear grandes vacíos son dos añadidos extraordinarios... especialmente este último en combinación con el escenario para movernos de forma muy veloz y resolver de maneras increíbles las escenas de combate. Por su parte los puzles están ubicados exclusivamente donde tienen sentido argumental, es decir en tumbas y plataformas, pero también hay algunos que heredan algo de The Last of Us como los de mover cajas para poder alcanzar partes altas del escenario o del uso del cabrestante del jeep. Si acaso, y por sacar alguna pega, en estos dos campos sí podíamos haber esperado un poco más de desafío. Si bien es cierto que hay cinco niveles de dificultad a escoger al comenzar la partida, éstos sólo afectan a los combates de modo que permanecen inalterables para las otras dos partes. Nunca ha sido difícil superar las partes de escalada de un Uncharted, y a pesar de las incorporaciones de esta entrega en cuanto a nuevos accesorios y, por ende, desafíos extra; no acabamos de sentir un mínimo de amenaza ni tan siquiera en las partes más escarpadas y aterradoras ni tampoco hay que rebuscar demasiado para dar con el camino correcto para seguir adelante. Lo mismo podemos decir de los puzles, muy ingeniosos pero sin un gran reto en ningún caso.
Porque
el juego en líneas generales es algo tramposo, claro, pero una vez
aceptas su fantasía sientes que le proporcionas una “barra libre” para
que te regale su aparatosa espectacularidad aún a costa de saltar por
los aires (literalmente) muchas normas físicas de pura lógica. Esto va
más allá de los recursos tipo Deus Ex Machina que se introducen a
menudo en obras de estas características, ya sea en cine, literatura o
videojuegos, sino que hablamos de algo un poco más “sello Uncharted”. No
hablamos de nada grave, claro, pero sí que hay muchos saltos
literalmente imposibles, abundantes puentes que ceden oportunamente a
nuestros pies en el momento preciso para crear una sensación de
fragilidad y dejar a Nathan oportunamente en el camino exacto para poder
continuar y, también por qué no decirlo, muchos coches que explotan con
apenas un par de disparos, como en la sobresaliente secuencia de
persecución a bordo de camiones que se pudo ver en el E3 2015 y que es
todavía más apabullante cuando la vemos en nuestra propia televisión.
Como decimos más que una crítica o una pega, es una observación, pero se
repite tan a menudo que hay que exponerla. El Desenlace del Ladrón
requiere que entremos en su fantasía y que aceptemos sus normas ,y sólo
así podremos disfrutarlo en su justa medida. Para una obra que ofrece
tantas cosas no parece que sea exigir mucho, ¿verdad?
Más Allá de la Campaña
Llegados a estas alturas de análisis de Uncharted 4 queda meridianamente claro que el modo historia lo borda, y eso es algo de tremenda importancia puesto que es el principal foco de atención para el aficionado en un juego de la serie Uncharted. Sin embargo desde la segunda entrega en Naughty Dog se han volcado también en ofrecer un multijugador a la altura de su campaña, y poco a poco han pulido una fórmula que alcanza su versión más brillante justo en el momento de su despedida de la saga con El Desenlace del Ladrón. La esencia es la misma de lo que se ha venido viendo en los episodios dos y tres, no obstante el resultado aquí es el más sobresaliente y, por si fuera poco, el que más posibilidades y capacidad para entretenernos durante muchas horas disfruta a sus espaldas.
Hay pocas sorpresas en cuanto a las modalidades.
Hay una llamada Calentamiento que es el trampolín de entrada ideal para
los que se acaban de comprar el videojuego, y que es un sencillo
combate a muerte por equipos con aficionados de todo el mundo que son
tan inexpertos como nosotros. Una vez nos sintamos como pez en el agua
por aquí podemos dar el salto a esta misma alternativa jugable pero con
usuarios más veteranos, aunque también a las variaciones de captura la
bandera o de toma de territorios que conforman el resto de ofertas. En
cuanto a mapas, de lanzamiento hay disponibles ocho que son las lógicas variaciones de algunos de los niveles más emblemáticos de la campaña individual, pero Sony ya ha adelantado
que tanto en cuanto a modalidades como en localizaciones ofrecerá más
conforme trascurra el tiempo y de forma gratuita. Una línea por la que
últimamente han apostado algunos juegos como Halo 5: Guardians, y que
confiemos en que se expanda puesto que parece una idea fantástica a la
hora de no fragmentar a las comunidades de sus jugadores entre quienes
compran los packs de mapas y quienes no lo hacen.
¿Por
lo demás? Hubo una beta que ya permitió a los aficionados hacerse una
idea de lo que ofrece la faceta on-line de Uncharted 4, y en esencia las
conclusiones son las mismas. Con una base shooter y de mezcla de
plataformas tan buena como la que ofrece el modo historia es muy difícil
meter la pata a la hora de conseguir un multijugador que no sea igual
de dinámico y de endemoniadamente adictivo, así que en Naughty Dog han
optado por un estilo acertadamente conservador en este campo. Elijamos
el skin que escojamos de “los buenos” y “los malos”, el resultado
es el mismo en cuanto a agilidad y tenemos mapas que ofrecen tantísimas
posibilidades en vertical como en horizontal para enfrentarnos al resto
de jugadores. Todo esto unido al extraordinario uso del gancho
para balancearnos aquí y allá nos permite protagonizar algunos tiroteos
sencillamente memorables donde nada es lo que parece y los disparos
pueden venir del rincón más insospechado. En este campo lo trabajados
que están los decorados son toda una garantía, situando sus lugares de
interés en el sitio adecuado y creándose los puntos calientes en
posiciones desde las que siempre es fácil llevar a cabo maniobras de
supresión o flanqueo.
Naughty Dog se han volcado también en ofrecer un multijugador a la altura de su campaña
Sí es cierto que siendo las localizaciones tan grandes y estando limitados los modos a un máximo de cinco contra cinco en la alternativa más populosa de éstos, en algunas situaciones puede darse la sensación de que éstas están algo vacías y que a veces los combates se concentran en lugares muy específicos de éstas. Eso es porque en el estudio no quieren descuidar que una de las esencias de las aventuras de Nathan Drake, como es la exploración, esté presente también en su vertiente multijugador. Es por ello que salpican los decorados de diamantes en lugares aleatorios, y que su obtención tiene una importancia capital. Si hemos dicho que en Naughty Dog no se han arriesgado mucho con la parte puramente jugable, sí lo han hecho en cuanto a la economía que rodea al multiplayer.
¿Cómo funciona? Muy sencillo. Cada acción que llevamos a cabo en la parte on-line nos depara dólares,
incluido el encontrar diamantes, y eso lo podemos dedicar en la tienda
in-game a comprar pequeñas ventajas al vuelo dentro de la propia
partida. Es importante matizar esto porque para la parte persistente hay
otra moneda diferente, y los dólares al terminar cada enfrentamiento se
vacían y tenemos que volver a empezar su recolección en la siguiente
partida. En qué queremos volcarlo es algo que escogeremos antes de
comenzar cada ronda entre las bases de pertrechos que hayamos elegido y
distribuyéndolos en un menú radial que funciona a modo de tienda, y
pudiendo volcarlo en compañeros manejados por la IA, armas o incluso
elementos místicos.
Por otra parte también hay otras bases en las que gastar dinero in-game fuera, por un lado las reliquias que obtenemos superando desafíos diarios,
ganando con nuestro equipo u obteniendo distintos incentivos que vaya
poniendo el estudio, y que podemos destinar a comprar ítems aleatorios y
mejoras para el personaje y, por otra parte, los Uncharted Points
que van destinados a elementos cosméticos con los que personalizar el
look de nuestros héroes. Hay un sistema de microtransacciones para
comprar algunas de estas monedas a través de dinero real si no tenemos
interés en dedicarle tiempo a hacernos con ellas, sin embargo el estudio
ha asegurado que no habrá un solo objeto que podamos comprar con euros o
dólares que no esté a nuestro alcance también jugando.
Toda
una declaración de intenciones para un videojuego que basa su atractivo
multijugador no sólo en lo adictivo que es todo su sistema de subida de
nivel y de desbloqueos, ya sean estéticos o de armas y accesorios, sino
también en el trabajo en equipo... Y eso que en este sentido echamos en
falta la ausencia de la pantalla dividida de entregas
anteriores. Así los coleccionistas y los que gustan de potenciar a sus
personajes tienen un sinfín de alternativas para customizar arsenal o
ventajas, pero quienes gustan de cooperar con sus amigos o sencillamente
con desconocidos tienen un sistema muy equilibrado en el que hay tantos
incentivos por acabar con nuestros enemigos como por salvar aliados
caídos o marcarles la posición de adversarios, por ejemplo.
Un Paso por Delante
Desde el estreno de la serie Uncharted, los juegos de esta marca se han caracterizado siempre por ser un referente a nivel gráfico con pocos parangones. Huelga decir que todos quedamos sorprendidos por su estreno en 2007 en PlayStation 3, y más aún con su progresión en los episodios segundo y tercero que elevaron netamente el listón de lo que se podía conseguir con la máquina de Sony en el anterior ciclo. Hasta tal punto es así que incluso El Abismo de Oro, hecho por Bend Studio para PS Vita, era toda una declaración de intenciones de lo que se podía lograr con la tristemente desaprovechada máquina portátil de la compañía nipona. Así que Uncharted 4 se presentaba con la necesidad de ofrecer un antes y un después en lo visual, y lo cierto es que lo ha conseguido.
En
un momento de la industria en el que hay tantísimo contenido de vídeo
de extraordinaria calidad y los juegos muestran antes de su salida tal
cantidad de material en movimiento puramente in-game las palabras para
describir lo que ofrecen en lo visual no son tan necesarias como lo eran
hace diez años, sin embargo eso no significa que no debamos decir
algunas cosas sobre esta aventura. Sí, hemos visto mucho contenido de
Uncharted 4, pero no es lo mismo que verlo en nuestra pantalla. Secuencias
tan imponentes como la del E3 con la persecución con camiones o la de
la exploración de la zona natural con el jeep son todavía más imponentes
si las observamos netas y sin las compresiones de vídeo que
inevitablemente tiene todo el material que se publica en la red, y el
juego se convierte por méritos propios en lo más impresionante que se
puede ver a día de hoy en el mundillo de los videojuegos y en toda una
demostración de lo que es capaz de conseguirse desde el punto de vista
visual con PlayStation 4.
Uncharted 4 se convierte por méritos propios en lo más impresionante que se puede ver a día de hoy en el mundillo de los videojuegos
El motivo de todo ese impacto estriba en varios frentes. Por un lado los artistas de Naughty Dog siguen contándose entre los más talentosos e inspirados de la industria, lo que supone que siempre presentan escenarios y diseños de personajes de un incuestionable buen gusto. Por otro la ejecución de éstos por parte del equipo no admite réplica, con unas cinemáticas inigualables en las que se pueden notar detalles geniales como el sudor o las venas de los rostros y brazos de los personajes y que, a menudo, incluso enlazan con la parte in-game sencillamente alejando la cámara del rostro de Nathan tras acabar una conversación. En las partes puramente jugables el título es igualmente abrumador, con escenarios y protagonistas y secundarios que disfrutan de los mejores modelados que hemos visto hasta la fecha para unos y otros, de unas animaciones que ponen la carne de gallina y donde no hay una sola parte descuidada o que haga pensar en un conjunto irregular. En lo puramente técnico sí es cierto que en algunos momentos muy puntuales y ciertamente aislados hay alguna ligera bajada en la tasa de imágenes por segundo, pero no es nada incómodo para el control o para la experiencia jugable y es algo de lo que sólo se darán cuenta los más atentos. Nada, desde luego, que enturbie las sensaciones de inmersión que producen los cuidadísimos efectos de fuego, humo y explosiones, o especialmente la perfecta iluminación de cada nivel, ya sea con luz natural o artificial, ni tampoco el crecimiento exponencial de todos los mapas al apostarse en algunos de ellos por un concepto de “mini mundo abierto” que no por ello baja ni un ápice sus prestaciones gráficas. Todo un lujo para nuestro televisor y una nueva forma de elevar el listón para los demás estudios por parte de este equipo californiano.
Papá y MamáNo,
no vamos a hablar de Amy Hennig, la verdadera madre de la saga
Uncharted. Vamos a dedicarle un rinconcito del análisis a los que se
definen a sí mismos como un matrimonio de lo más atípico. Hablamos de
Bruce Straley y Neil Druckmann; responsables, respectivamente, de las
partes jugable y narrativa de este Desenlace del Ladrón. Son un tándem
formidable que ya nos han dejado tres joyas bajo el sello Naughty Dog
como son Uncharted 2, The Last of Us y Uncharted 4, en orden
cronológico, y que aseguran que el secreto de su forma de trabajar es
una comunicación plena entre ambos. Una coexistencia creativa en la que a
veces chocan puesto que no siempre están de acuerdo, pero de la que
siempre se acaban extrayendo conclusiones positivas que acaban
conformando esos títulos donde las dos facetas a las que dedican sus
esfuerzos funcionan realmente bien y compenetradas. Eso no es algo para
nada habitual, puesto que no faltan los ejemplos de videojuegos de los
últimos tiempos donde el guion acaba opacando a la parte jugable o
viceversa. Evitarlo es todo un logro de estos papá y mamá cuyo
“matrimonio” funciona tan bien como un reloj suizo.
Para rendir culto al extraordinario trabajo del que hace gala el programa hay un sinfín de extras
que el aficionado más curioso puede desbloquear. Durante la aventura
vamos obteniendo puntos que podemos volcar en liberar art-works de
extraordinaria belleza o modelados de los personajes para comprobar con
todo lujo de detalles el sobresaliente acabado de texturas y carga
poligonal del que hacen gala como si de una colección de figuras se
tratara. Por otra parte el juego también mantiene la esencia de tener un
montón de filtros y trucos en forma de extras que podemos comprar con
esos mismos puntos una vez terminada la aventura. No los enumeraremos
para evitar que el factor sorpresa invada al jugador cuando llegue hasta
ellos, pero sí los hay muy curiosos con algunos que no pasan de ese
toque simpático mientras que, por otro lado, encontramos otros que de
veras tienen proyecciones jugables muy interesantes. Todo un detalle que
siempre ha estado presente en la IP, pero que en esta ocasión va un
paso más allá por profundidad, número y posibilidades.
En lo sonoro
poco que decir que no sea afianzar la calidad de lo que ofrecen los
productos desarrollados por Sony y sus estudios internos. La música
cuenta con las brillantes composiciones de Henry Jackman, uno de
los nombres más de moda en la industria del cine actual y que ha firmado
los temas de películas de éxito recientes como Capitán América: Civil
War o Kingsman: Servicio Secreto. Los efectos de sonido tienen la
calidad y la ensordecedora capacidad de meternos en su mundo y el
título, por si fuera poco, llega a nuestro país traducido y doblado con
un nivel sencillamente extraordinario y las voces habituales de entregas
anteriores.
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